Viajes

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Paradas obligatorias en una ruta por la Costa Azul

No es un secreto para nadie que la Côte d’Azur es un lugar absolutamente cautivador y lleno de encanto. Desde Tolón hasta la ciudad de Menton, que hace frontera con Italia, la Riviera Francesa se compone de pequeñas joyas – ocultas o no tanto – que hacen de ella el destino ideal para ir de vacaciones. Te invitamos a que nos acompañes en esta ruta de ensueño, glamour y ciudades llenas de encanto e historia.

Tolón

En francés Toulon, la primera parada por la Costa Azul nos lleva a descubrir un enclave privilegiado. Entre la montaña y el mar y entre dos radas, a lo largo de su historia, esta ciudad ha sido el escenario ideal donde pasaron largas temporadas personalidades tan conocidas como George Sand o Frédéric Chopin, o donde comenzaría su carrera el famoso submarinista Jacques-Yves Cousteau.

Aunque no sea una ciudad turística por excelencia, puede presumir de albergar el principal puerto militar francés, hogar del portaaviones Charles de Gaulle y su flota. Torres, fuertes y fortalezas, junto a su histórica Base Naval, han servido de escenario a emocionantes estrategias, encarecidas batallas y, por supuesto, a hechos acontecidos durante la Revolución Francesa. Sin lugar a dudas, visita imprescindible para los amantes de la historia.

Saint-Tropez

El lugar de fiesta por excelencia en el sur de Francia, Saint Tropez se caracteriza por su público acaudalado, sus exclusivos clubs de playa y por los enormes barcos atracados en su puerto. Decenas de celebrities se hacen con una casa en esta ciudad como segunda residencia, y no sería sorprendente encontrárselos por las calles cuando el clima es favorable. Si buscas una estancia de película en hoteles lujosos y hermosas playas, este es tu sitio.

Cannes

Una ciudad mediterránea que rezuma elegancia, llena de coches lujosos y preciosas mansiones, que invita a relajarse en su playa y pasear por sus calles sintiéndote una estrella de cine. Se encuentra a 15 minutos en ferry de islas como las Lérins o Ste-Marguerite, donde encontrar cuevas escondidas y calas impresionantes.

Sin embargo, el motivo por el que es mundialmente conocida es su festival de cine, celebrado una vez al año cuando el buen tiempo gobierna la ciudad y que otorga la Palma de Oro como máximo galardón. Cannes reúne cada mes de mayo a los mejores artistas del mundo del cine y extiende la alfombra roja bajo sus palmeras y sobre sus manos grabadas en cemento, en un evento que nadie quiere perderse.

Grasse

Y si nos desviamos un poco de la costa, encontramos la ciudad de Grasse, conocida como la capital internacional del perfume, es toda una seña de identidad, tanto es así que de los 200 perfumistas que hay en el mundo, 40 se encuentran en Grasse. Además, puede presumir de albergar dos de los museos más importantes del mundo sobre perfumes: la Villa-Museo Fragonard y el Museo Internacional de la Perfumería. Y como última curiosidad, esta ciudad destaca por ser el escenario de gran parte de la novela El perfume de Patrick Süskind.

Pero Grasse también es una ciudad medieval, fundada en el siglo VII, que conserva varios tesoros de la arquitectura genovesa y provenzal: como una hermosa catedral, callejuelas laberínticas, palacetes con encanto o plazas con fuentes de agua cristalina. Pero esto no es todo, Grasse también destaca por su entorno, ya que pertenece a la región de los Préalpes d’Azur declarada Parque Natural Regional, donde se pueden descubrir más de 2.000 especies vegetales en la que viven en libertad animales salvajes de la fauna europea.

Antibes

La histórica Antibes, además de enormes yates, mansiones y preciosas playas, tiene un centro histórico que hipnotiza y un gran encanto local. Entre otros lugares, puede palparse en el mercado de comida provenzal Cours Masséna.

En adición a eso, ha acogido artistas y literatos de la talla de F. Scott Fitzgerald y Pablo Picasso. Este último vivió aquí en 1946 y en esta ciudad puede visitarse el Museo Picasso (el primero dedicado al pintor), que fue un día Château Grimaldi, su casa y taller.

Niza

Es la ciudad más grande de la zona. Si planeas llegar en avión, tanto si quieres alojarte allí, en ciudades de alrededor o hacer una ruta, es sin duda el aeropuerto al que tienes que volar. La capital de la Costa Azul ofrece una espectacular playa, un paseo marítimo vibrante y una arquitectura diversa; todo ello, puede contemplarse desde la icónica Colline du Château, donde hay vistas panorámicas del encuentro de la tierra con el Mediterráneo.

No falta oferta cultural y de ocio: imprescindible visitar el barrio antiguo de la ciudad, lleno de restaurantes y paseos con tiendas, así como el museo Matisse o el de Arte Moderno y Contemporáneo con su jardín botánico. Además, en febrero, Niza acoge grandes celebraciones con motivo del Carnaval, por lo que si vas en esas fechas no faltarán los colores, las plumas y el ambiente festivo.

Principado de Mónaco

Desde hace unos años, Mónaco y la Fórmula 1 van de la mano, y una vez al año, sus calles se convierten en el más famoso circuito urbano, centro de amantes de la velocidad, personajes destacados del mundo del motor (y de otros mundos) y grandes celebrities del momento. Un sueño a 300 kilómetros por hora que se celebra desde los años 50.

Pero si tu visita no coincide con la gran cita, que normalmente se celebra el último fin de semana de mayo, y quieres descubrir sus tesoros, te recomendamos que respires su aire mediterráneo y vivas instantes palaciegos en el Palacio del Príncipe, sin dejar de visitar el Museo Oceanográfico y, si te atreves, a probar surte en su famoso Casino. Seguro que después de visitar este enclave, te sentirás como uno más de la realeza.

Menton

Con tanto encanto como sus ciudades mediterráneas vecinas, pero con la mitad de turistas, Menton es la última ciudad de la costa francesa antes de la frontera con la península de la bota. Por ello, es el sitio perfecto donde venir a pasar el día y donde disfrutar de una gran variedad gastronómica con sello de calidad francoitaliano. Puedes acercarte a la ciudad en tiempo de una de sus tradiciones más conocidas, la Fête du Citron (la fiesta del limón), que dura varios días y tiene lugar en primavera. En ella, la ciudad hace un homenaje a su pasado, cuando subsistían principalmente gracias a su producción de limones.