Gastronomía

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Ideas para picar entre horas: también es sano, si sabes cómo hacerlo

A lo largo de nuestra jornada, puede resultar muy difícil resistirnos al clásico picoteo entre horas. Sin embargo, contenernos ante esta tentación puede resultar contraproducente pues, si no comemos nada en esos pequeños momentos del día, podemos llegar con demasiada hambre a las comidas principales. Así, lo primero que deberemos hacer será identificar si lo que sentimos es hambre real o si simplemente estamos aburridos, ansiosos o demás. Cuando otra actividad no ayude a hacernos olvidar ese vacío en el estómago, es el momento de tomar medidas. Si planificamos nuestros snacks con alimentos sanos y equilibrados en fibra, grasas y proteínas, los preparamos en raciones bien delimitadas y comemos despacio, descubriremos que es posible picar entre horas de forma saludable.

Cuando pensamos en alimentos saludables, lo primero que nos viene a la mente suele ser la fruta. ¡Pero saludable no tiene que significar aburrido! Tenemos numerosas opciones de esta clase de alimentos que nos permitirán disfrutar de forma variada y sabrosa. Y el primer ejemplo de ello es prepararse unas deliciosas manzanas con miel. ¿Sabías que una manzana puede despertarnos de manera similar a como lo consigue un café? Esta fruta fácil de encontrar durante todo el año es una fuente natural de fibra, vitaminas y sales minerales. Pelada y cortada a láminas, puede acompañarse con un hilo de miel o crema de cacahuete para darle contraste, o enriquecer su sabor espolvoreando algo de canela o coco rallado.

Otras dos frutas que vale la pena tener en nuestro menú para saciarnos entre horas, especialmente si queremos combinar con hábitos saludables como el deporte, son los higos y el plátano. Estas frutas tienen un elevado poder nutritivo que aporta energías y combate el cansancio antes de realizar actividad física. Pero, a su vez, contribuyen a la recuperación de nuestros músculos y el fortalecimiento de los huesos si las tomamos después del ejercicio, ya que son ricas en potasio.

Pero si nuestra sensación de hambre es fruto del aburrimiento y el estrés, los cuales además empeoran ante temperaturas más intensas como el calor del verano, nada mejor que unos trozos de sandía o kiwi, frutas frescas con mucha agua, lo que les otorga un gran poder saciante que, al mismo tiempo, mejora nuestra digestión y reduce el estrés. Nos sentiremos saciados y refrescados con un alimento de lo más ligero.

Y, si tenemos tiempo y ganas de organizar nuestros picoteos de forma aún más original, encontramos alternativas de lo más interesantes para sacarle, literalmente, todo el jugo a la fruta. El zumo de naranja natural es la opción más evidente (y una de las más sabrosas y sanas) pero el zumo de tomate es otra alternativa deliciosa a la que se le puede agregar un elemento de contraste como, por ejemplo, una pizca de tabasco, dando lugar a un alimento con fibra, minerales y antioxidantes, aderezado con un sabor picante. ¡Otra opción para beber es el popular smoothie verde! Sólo tienes que triturar una manzana, un pedazo de apio, algunas espinacas y un chorro de limón, y tendrás una bebida sana y deliciosa.

Y si lo que tenemos por casa son algunas frutas algo pasadas, pero que aún pueden comerse sin problemas, ¡no las tiremos! Podemos preparar unas sencillas y riquísimas compotas caseras para llevar donde queramos: basta con lavar y cortar la fruta en trocitos, cocerla con agua a fuego lento y una ramita de canela hasta que se ablande todo, y luego aplastarla al gusto. No te llevará más de unos minutos y, cuando la disfrutes, tu cuerpo lo agradecerá.

Otra alternativa para darle una nueva textura y vida a nuestra fruta es la preparación de gelatina casera sin azúcar. Sólo tenemos que poner las hojas de gelatina en agua, calentar zumo de nuestras frutas preferidas y mezclarlo junto a un poco de pasta de dátil. Una vez todo esté junto, lo dejamos enfriar en la nevera y tendremos unas riquísimas gelatinas para animarnos la jornada.

Además, las frutas no sólo son riquísimas en sí mismas, sino que permiten combinarse con muchos otros alimentos para dar pie a sabores deliciosos que nos mantendrán despiertos y evitarán que se aburra nuestro paladar. Una de esas opciones es tomar un puñado de uvas, una fruta sana y rica que merece su lugar en nuestras cocinas más allá de la noche de Fin de Año. Acompañadas por unas cuñas de queso, ambos sabores se realzarán: por algo se dice que “uvas con queso, saben a beso”.

Otra fruta que casa genial con los lácteos son los arándanos, en este caso con un poco de yogur natural. Esta combinación ayudará a nuestro sistema inmunitario y nos dará energía para afrontar todas las actividades de nuestra jornada, reforzando además nuestro sistema óseo. El contraste con la fruta será un pequeño regalo para nuestros sentidos a media mañana o media tarde.

Y pasamos de la fruta fresca a los frutos secos. Si los tomamos crudos o tostados sin sal, éstos serán una opción sana y crujiente que nos aportará notables cantidades de fibra y proteína para funcionar mejor todo el día. Cacahuetes, almendras, un puñado de nueces o un poco de crema de cacahuete son opciones perfectas que pueden acompañarse de alguna de nuestras infusiones preferidas para ese esperado rato de descanso.

Hay algunos alimentos que tienen una mala fama inmerecida y que, consumidos de forma correcta, pueden aportarnos una energía de lo más necesaria sin comprometer nuestra dieta o nuestra salud. Uno de ellos es el chocolate. Eso sí, deberá ser chocolate negro con un mínimo de 85% de cacao. En este caso, no sólo nos sentiremos más despiertos con su sabor, sino que, además, aportará beneficios para nuestra piel. Algo similar ocurre con las palomitas de maíz. Si las preparamos en casa y sin sal, obtendremos un alimento rico en magnesio y fibra capaz, incluso, de ayudar a perder peso.

Otro alimento a veces discutido ha sido el huevo. Sin embargo, conocemos pocas formas tan buenas y rápidas de ingerir una buena cantidad de proteína de un solo bocado. Solo o acompañado, y con mil maneras distintas de prepararse, nos aportará una gran cantidad de energía y evitará que lleguemos con excesiva hambre a la siguiente comida.

En cambio, un alimento que ha gozado siempre de fama de saludable, y la misma está más que justificada, es la avena. Podemos comerla en copos, acompañada de fruta o con el yogur o la leche, u hornearla sobre una masa de plátanos maduros chafados durante unos quince minutos en forma de crujientes y deliciosas galletas. En cualquier caso, ¡recibiremos una buena dosis de fibra y energía de la manera más sana posible!

La tierra también nos ofrece muchísimas verduras y hortalizas capaces de saciar nuestro apetito y renovar nuestras energías. Un plato delicioso es la combinación del hummus de garbanzos o guisantes, ricos ambos en proteínas y fibra, acompañado de palitos de zanahoria cruda, calabacín o apio, uno de los muchísimos regalos que nos ha dejado la cocina francesa. Otra opción clásica es prepararnos unas hojas de endivias untadas, en este caso, con queso azul.

Las olivas con hueso y demás encurtidos como pepinillos son una opción perfecta para calmar el hambre entre horas. Se trata de alimentos ricos en probióticos, con propiedades depurativas y digestivas, capaces de estimular nuestro metabolismo con cada ingesta. Además, su sabor característico despertará nuestros sentidos y nos mantendrá más activos durante un buen rato.

Para acabar, el embutido es también un snack clásico al que podemos recurrir de vez en cuando para dar sabor a nuestra jornada y llegar con menos hambre a las comidas principales. Recurrir de nuevo a los palitos de pepino, esta vez para envolverlos en una loncha de jamón, es una opción deliciosa y muy fácil de preparar y llevar con nosotros a donde sea. Otra alternativa es comer algo de pavo sobre una tostada de pan integral, que podemos acompañar con unas rodajas de tomate o aguacate para dar contraste, ¡obteniendo un menú irresistible y ligero!