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14 trucos para refrescar tu casa en plena ola de calor

No vamos a insistir en lo que ya sabemos sobre el calor (ni a repetir las predicciones más funestas sobre las temperaturas de los próximos veranos). Seamos positivos. Mantengamos la calma y pongamos en práctica algunos trucos caseros para enfriar un poco el ambiente.

Si queremos descansar sin tener que dormir con el aire acondicionado encendido toda la noche (tanto si es para evitar el impacto en la factura de la luz o, simplemente, porque no nos sienta bien), ¿qué alternativas tenemos? Vamos a ver algunas ideas sencillas y de sentido común.

1. Durante el día, todo cerrado

Ya lo decían nuestras abuelas y tenían razón: de día, cierra ventanas, baja persianas y corre cortinas, especialmente entre las 12 y las 16 horas. Bloquear la luz solar es la forma más directa de impedir que el calor entre en casa. Las ventanas con doble acristalamiento o con aislamiento térmico también ayudan.

2. Pero si refresca, que corra el aire

Cuando el aire exterior esté más fresco, abre puertas y ventanas. Ventilar en los momentos adecuados ayuda a enfriar la casa cuando el edificio ha estado días reteniendo calor. Si te gusta madrugar, entre las 4 y las 7 de la mañana es un buen momento para  dejar que entre aire fresco. También puedes aprovechar las brisas frescas al final de la tarde.

3. Viste tu casa con tejidos ligeros

Las alfombras y las cortinas recias dan calor con solo mirarlas. Deja los suelos bien despejados antes de que lleguen las temperaturas elevadas, y cubre las ventanas con visillos y tejidos ligeros. Esto vale también para la tapicería de los sofás o las sábanas: el algodón, el lino y la seda son mucho más frescos. Evita las fibras sintéticas.

4. La clave es la luz del sol

Para controlar la entrada de la luz solar en tu casa, piensa en la orientación. Si tu casa está orientada hacia el este, el sol llega por la mañana. Y si es hacia el oeste, el sol incide desde la primera hora de la tarde hasta el ocaso (es decir, durante las horas más calurosas del día). Si tienes la suerte de tener una terraza con toldo, seguro que ya sabes qué hacer: bajarlo en las horas con mayores temperaturas.

5. El ventilador de toda la vida

Es el electrodoméstico que mejor rinde en términos de eficacia y precio, y una alternativa que se adapta a todo tipo de hogares: desde el clásico giratorio al de aspas en el techo. Hay que tener en cuenta que los ventiladores no enfrían, sino que solo empujan el aire. Los mejores son los que hacen circular el aire más fresco, que es el que está más cerca del suelo.

6. Sigue la corriente

Las corrientes de aire son eficaces, sobre todo si sabes identificar las ventanas por las que entra el aire y aquellas por las que sale. Aunque se trate de una brisa nocturna más o menos calurosa, siempre descansarás mejor si consigues que el aire de tu casa se renueve.

7. Interruptores en off

Toda fuente de calor debe ser minimizada: televisores, pantallas, hornos, lavadoras… cualquier electrodoméstico sube la temperatura en tu casa. No dejes nada encendido si no es necesario.

8. El suelo es la base de todo

Si tienes un suelo de cerámica, es una buena idea refrescar a primera hora las habitaciones, terrazas y balcones: friega con agua bien fría. 

9. ¿Duchas templadas o frías?

Hay opiniones diversas al respecto, pero si te duchas con agua muy fría el efecto secundario es el opuesto al deseado: al bajar tu temperatura corporal, tu organismo gastará energía para compensarlo y, por lo tanto, tendrás una mayor sensación de calor. El agua templada (a unos 30 grados) no te produce ese efecto. Hay quienes prefieren duchas calientes para conseguir que el organismo reaccione bajando la temperatura corporal.

10. Fuera bombillas

Además de encender solo las luces imprescindibles, es una buena idea sustituir todas las bombillas por leds. No solo evitarás el calor, sino que ahorrarás en la factura de la luz.

11. Lleva ropa adecuada (y descálzate)

Los tejidos naturales y la ropa holgada son la mejor opción, ya que absorben el sudor y permiten que el aire circule. También sabemos que los pies son altamente sensibles a la temperatura. Por eso nos descalzamos de forma instintiva al entrar en casa. Si por la noche siempre te cubres con una sábana a pesar del calor, deja los pies fuera (si es que no lo haces ya). Hay quienes descubren este truco de niños, pero nunca es tarde para hacerlo.

12. Las plantas son tus aliadas

Si tienes plantas de interior o en el balcón, cada vez que las riegues refrescarás un poco el ambiente. Los helechos, los ficus, la costilla de Adán y la lengua de tigre son buenas opciones. Y si cuentas con una terraza amplia, piensa a lo grande con hiedras y enredaderas.

13. Los platos fríos suman

Procura cocinar por la mañana antes que por la noche. Por supuesto, intenta sacar el máximo partido a las cremas frías, ensaladas, gazpachos, zumos y todos aquellos platos que no requieran calor o que puedan consumirse fríos (aunque hayan sido cocinados), como la tortilla de patatas o las ensaladas de pasta.

14. Aislar sale a cuenta

Aunque no es una solución que pueda improvisarse, el aislamiento suele ser la forma más práctica y eficaz de hacer que una casa sea más eficiente desde el punto de vista energético. Sirve como barrera para evitar el calor en verano (y para no perderlo en invierno). Vale la pena tenerlo en cuenta: sellar espacios alrededor de ventanas, puertas, paredes y pisos puede marcar la diferencia.

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